By: Andrea Cortínez y Katy Indvik
Proyecto SALURBAL

Para pensar en mejores ciudades, quienes trabajamos por la salud promovemos el enfoque de “Salud en Todas las Políticas” – es decir, empleamos un lente de salud para evaluar el impacto que las decisiones y las políticas públicas puedan generar sobre la salud, las inequidades y los sistemas sanitarios. Este enfoque busca potenciar sinergias y evitar daños, y pone en el centro la integración de diversos sectores más allá de los clásicamente concebidos como sanitarios – como por ejemplo el urbanismo, transporte, educación, y medio ambiente.

Crédito: Dave Whamond - "Rosie's glasses"

En este día mundial de las ciudades 2021 se realiza un llamado a adaptar las ciudades para la resiliencia climática, implementando medidas como la reducción de riesgos, la construcción de áreas urbanas resilientes y la adaptación al clima. Es bien sabido que las decisiones de planificación urbana, finanzas y  gobernanza pueden crear o exacerbar importantes riesgos para la salud, o bien propiciar ambientes y estilos de vida más saludables, reduciendo los riesgos de enfermedades transmisibles y no transmisibles. Por ello resulta crucial que este lente de salud no solo sea visibilizado en este día, sino que se utilice para diseñar y evaluar nuevas estrategias que busquen una mayor resiliencia de las ciudades.

En la medida que los efectos del cambio climático se tornan más cotidianos y los riesgos de desastres climáticos incrementan, el enfoque de salud en todas las políticas se torna más vigente pues no solo permite valorar los efectos de las acciones (o inacciones) sobre la salud, sino que deriva en estrategias y herramientas concretas para trabajar, derribando las barreras disciplinarias y sectoriales y habilitando puentes que permiten reaccionar conjuntamente frente a esta crisis global. En el contexto de las próximas negociaciones internacionales sobre el cambio climático es preciso afinar este lente para que sea sensible a las nuevas necesidades y riesgos para la salud. También, ante la crisis de desigualdad, este lente evita que nuevas medidas incrementen las inequidades, como ya ha ocurrido con la reducción desigual de siniestros por políticas de calmado de tráfico o de una mayor reducción de mortalidad en las zonas más ricas al aplicarse políticas de reducción de emisiones.

Pese a ser urgente, tender puentes entre disciplinas para enfrentar la crisis no es simple. El trabajo intersectorial y transdisciplinario en la planificación urbana para la salud enfrenta desafíos como el choque de disciplinas que radica en la diversidad de conocimientos y conceptualizaciones sobre cómo el entorno afecta la salud.  Por ejemplo, se han visto casos donde ingenieros a cargo de abastecimiento de agua y alcantarillado son reticentes a incorporar el conocimiento de la comunidad, lo que es atribuido a una formación positivista y “de blancos y negros”. Existen casos donde profesionales de salud pública consideran que las decisiones tomadas a través de la planificación urbana (como litigios) no toman en cuenta la evidencia científica y terminan en proyectos que dañan la salud.  Así, no necesariamente existe consenso sobre el conocimiento que debería primar en la toma de decisiones.

Crédito: ONU-Hábitat y Organización Mundial de la Salud 2021

La Organización Mundial de Salud ha generado diversos recursos para implementar el enfoque de Salud en Todas las Políticas. Recientemente la Iniciativa de Salud Urbana de la OMS, en colaboración con ONU-Hábitat y otros asociados, han puesto a disposición el manual de consulta “Integrar la salud en la planificación urbana y territorial”. Este manual lleva a la práctica la salud en todas las políticas ofreciendo 71 recursos, enfoques, e instrumentos.  En su conjunto, estas herramientas permiten crear un lenguaje común entre disciplinas, levantar evidencia, alinear criterios para la toma de decisiones y generar estrategias integrales. Avanzar hacia un enfoque integrador evita la separación de objetivos por disciplinas y la competencia entre éstas, y posiciona la salud como un recurso esencial, no solo como un mero indicador de la calidad de los entornos. 

Crédito: ONU-Hábitat y Organización Mundial de la Salud 2021

Descargar el manual aquí para acceder a todos estos y más recursos 

Estos recursos representan un ejemplo importante del trabajo ya en marcha de avanzar hacia la integración de la salud en la planificación urbana y territorial – pero aun nos falta mucho trabajo por hacer. La brecha entre la evidencia científica y la gestión urbana sigue siendo amplia. Nos corresponde a cada uno responder ante el llamado por una mayor cooperación entre sectores para asegurar que la salud se coloque a la vanguardia de las negociaciones, evaluaciones, y la toma de decisiones en nuestras ciudades.